Don Lisander: Auténtica trattoria italiana en Madrid, España
C/ Infanta Mercedes 92, Madrid 28020 | [www.grupodonlisander.com]
La mejor pizza de Madrid
Quizás has pasado por la Calle Infanta Mercedes y no te has percatado de que el mejor restaurante italiano de Madrid está allí. Puedo decir sin ninguna duda que es la mejor pizza de Madrid, al menos la mejor que hemos probado nosotros hasta el momento; la que me ha llevado al recuerdo mental de aquella pizza perfecta que comí en el Campo de’Fiori en Roma. Y si creéis que puede haber una mejor, os pedimos que nos digáis dónde para ir a comprobarlo, porque nos parece casi imposible.
Las apariencias engañan: dentro es una auténtica trattoria italiana
La verdad es que el local muy vistoso no es, pero por dentro es una maravilla. Parece la típica trattoria italiana de los pueblos del norte –de esas que nosotros conocemos bien porque nos encanta escaparnos a Italia cada vez que tenemos oportunidad para ir a comer como dioses–. Mesas cuadradas y redondas con sillas de madera, manteles blancos, cuadros de personajes italianos famosos en blanco y negro, más cuadros pero de vespas de colores, ventanas de madera amplias y muchas fotos del Lago di Como. Este sitio es capaz de transportarte al norte de Italia.
Gonzalo Vernacci, el propietario
El origen de esta trattoria es precisamente allí, en el Lago di Como, al norte de Italia, muy cerca de la frontera con Suiza. He escuchado muchas versiones de esta historia, así que no estoy segura si podré contarla bien pero allá voy –al menos lo intentaré–. Gonzalo Vernacci es el nombre del actual propietario. Nació en España pero tiene raíces italianas –por su abuelo que era de la Toscana–. Su padre solía ir a comer al Restaurante Don Lisander en el Lago di Como. Allí fue donde Stefáno Carta –hijo de Alberto Carta, el propietario del restaurante del Lago di Como– y Gonzalo se hicieron amigos desde muy jóvenes. Stefáno Carta y Gonzalo Vernacci mudaron la idea a Madrid y abrieron Trattoria Don Lisander en 2011. Aunque luego se separaron, y por eso es que ahora Gonzalo es el único propietario.
Gonzalo se ha formado en sala y ha trabajado con cocineros de la talla de Sergi Arola, Andrea Tumbarello y Paco Torreblanca; parece que le gusta mucho estar al día con las últimas tendencias. Se ve claramente como todo esto le ha influido: La panna cotta es servida sobre una especie de folio-mantel impermeable blanco, recuerda a los lienzos que usa David Muñoz en DiverXO; por otro lado, la pasta carbonara orginale e del maleducato –13,90€– la prepara el camarero en sala delante del cliente.
La carta de Don Lisander
Tienen pasta fresca artesana y pizzas. Además cada día tienen diferentes platos fuera de carta que el camarero te cuenta al acercarse a la mesa. También hay trufa blanca –6€ el gramo–. Os contamos lo que probamos nosotros:
Pizza Quatro Formaggi Biancaneve –10,90€–: Una masa fina, crujiente, perfecta y sabrosa. Su forma es ovalada y se presenta sobre una tabla de madera. Te la corta el camarero al momento de servirla en la mesa. Según escuche por allí, el truco es que en lugar de cuatro quesos lleva seis –mozarella, pecorino, parmesano, gorgonzola, provolone y camembert–. Tendremos que hacer el experimento en casa a ver qué pasa. Si un diccionario ilustrado quisiera ejemplificar la palabra “crujiente”, debería incluir una imagen de la pizza de Don Lisander. Se me hace agua la boca nada más hablar de ella… No en vano el Morro Fino y el ABC la tienen entre las 10 mejores pizzas de Madrid.
Focaccia –4,00€–: Al igual que la pizza, y muy diferente a la típica focaccia que vemos en cualquier parte, ésta es fina, crujiente, muy delicada. Va acompañada de aceite de oliva, orégano y algo de ajo. No es de las que vale para rebañar el plato y acabar con los restos de salsa que quedan después de comer la pasta. Para eso mejor pedir pan de toda la vida.
Carbonara originale e del maleducato –12,90€–: La preparan en la mesa delante de ti. Traen una mesa de servicio portátil con la pasta aún caliente pero ya escurrida, el huevo cascado, el queso, un rallador, un pimentero y algunos utensilios. Lo mezclan todo y lo emplatan a tu lado, para que puedas ver todo el proceso. Se llama así porque no debes esperar a los demás, debes comerlo inmediatamente para que mantenga su cremosidad.
Spaghetti aglio, olio e gamberetti –14,90€–: No hay más que ver la foto, algo tan sencillo como ajo, aceite y gambas está delicioso.
Risotto alla parmigiana –14,40€–: Arroz cremoso con queso parmesano de Denominación de Origen Protegida con 22 meses de maduración. La diferencia de sabor se siente.
Pannacotta –5,90€–: Preparada delante de ti, sobre la mesa, como si fuera un lienzo que va pintando el camarero. Deliciosa.
Chantilly con sorbete de frambuesa –4,90€–: Exquisito sorbete de frambuesa con un sabor intenso sumergido en una especie de crema inglesa súper rica.
El precio medio por persona está entre 25 y 30€, muy bien empleados. Mirad si nos hemos quedado a gusto!
Pros
La pizza! Si es que sólo por la pizza ya merece la pena ir. La carbonara! Esto sí que es una carbonara de verdad, y no esos seudoitalianos que te sirven «carbonara» de bacon con nata. Y el ambiente, que el local de verdad que emula lo que es una trattoria del norte de Italia.
Contras
Al personal de sala le falta mucho por aprender –los platos, sus ingredientes y las explicaciones básicas que correspondan a cada uno–. Es un fallo importante, sobre todo teniendo en cuenta la formación que ha recibido Vernacci; pero es algo fácilmente subsanable. Tampoco estaría mal que para un ambiente tan italiano, los camareros fueran italianos; aunque esto tampoco es que sea indispensable, simplemente le daría un toque más de encanto.
Como casi todos los restaurantes de Madrid, lamentablemente no es un sitio accesible para silla de ruedas. La entrada no sólo tiene escalones, sino que los tiene en curva, y también los baños tienen peldaños, además de ser estrechos.
A la página web le falta información: parte de los precios de la carta, las redes sociales, entre otras cosas.
Veredicto
Id, sin ninguna duda. Pediros una o varias pizzas que están de muerte, y una carbonara que está para que se te salten las lágrimas. Nuestra recomendación es siempre reservar, porque se pone a tope y, aun así, no paran de llegar pidiendo mesa o de llamar para hacer reservas.
Como siempre, os dejamos su página web, Twitter, Facebook e Instagram para que podáis contactar con ellos y/o reservar. Si queréis podéis decir a Gonzalo o al encargado de turno que habéis leído la reseña en La Gastronofila.
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